viernes, 4 de setiembre de 2009

Honestidad

Cuando a uno le dan vuelto de más en la tienda y uno lo devuelve, uno es honesto. Cuando uno no toma crédito por algo que no merece, también. El mentiroso no es honesto.

La honestidad es un concepto asociado a un principio ético pero, en este blog, no va por ahí el tema.

Este uso para la palabra honestidad probablemente lo escuché en el contexto del artista que tiene contacto con su espacio interior y plasma en su obra su existencia, con todos sus errores y debilidades. Con el tiempo, sin querer he relacionado este concepto a conductas que yo asocio al buen desarrollo personal, social, laboral y porqué no, artístico.

Para el caso práctico del trabajo en una oficina, relaciono con la honestidad las siguientes conductas:

Aceptar tus errores, incluso antes de que sean evidentes, más aún, comunicarlos; puede ayudar a corregir el error más rápidamente y remediar alguna consecuencia en el trabajo del resto de tu equipo.

Asumir tu ignorancia en un tema y comunicarla; es la manera más rápida de aprender y dar a conocer qué cosas no sabes, contrastandolo mejor con las cosas que sí sabes.

Comunicar lo que sientes o piensas directamente, tiene muchas ventajas si uno lo hace de manera adecuada.

Estas actitudes están relacionadas a un concepto semejante al de la honestidad, pero pienso que en estos casos no pertenecen a un marco ético definido por la sociedad (como en el concepto general) sino con actitudes que se deben tener en cuenta para mejorar la comunicación y la eficiencia y que muchas veces bloqueamos por falta de autoestima. En futuros posts espero poder aclarar un poco el tema, que queda bastante flojo.

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